📖 Lucas 16:1-13 (NVI)
1 Jesús contó esta historia a sus discípulos:
—Había un hombre rico que tenía un administrador. A este lo acusaron de derrochar los bienes de su patrón.
2 Así que lo mandó a llamar y le dijo: “¿Qué es esto que me dicen de ti? Rinde cuentas de tu administración, porque ya no puedes seguir en tu puesto.”
3 El administrador reflexionó: “¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón está por quitarme el puesto? No tengo fuerzas para cavar, y me da vergüenza pedir limosna.
4 Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, haya gente que me reciba en su casa.”
5 »Llamó entonces a cada uno de los que le debían algo a su patrón. Al primero le preguntó: “¿Cuánto le debes a mi patrón?”
6 “Cien barriles de aceite”, le contestó él. El administrador le dijo: “Toma tu factura, siéntate enseguida y escribe cincuenta.”
7 Luego preguntó al segundo: “¿Y tú, cuánto debes?”
“Cien bultos de trigo”, contestó.
“Toma tu factura y escribe ochenta”, le dijo.
8 »El patrón elogió al administrador de riquezas mundanas por haber actuado con astucia. Es que los de este mundo, en su trato con los que son como ellos, son más astutos que los que han recibido la luz.
9 Por eso les digo que se valgan de las riquezas mundanas para ganar amigos, a fin de que, cuando estas se acaben, haya quienes los reciban a ustedes en las viviendas eternas.
10 »El que es honrado en lo poco también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco tampoco lo será en lo mucho.
11 Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?
12 Y si con lo ajeno no han sido honrados, ¿quién les dará a ustedes lo que les pertenece?
13 »Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro.
No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.
💬 Una parábola desconcertante, pero llena de verdad
Jesús cuenta esta parábola a sus discípulos para hablarles del uso del dinero. Un administrador es acusado de malgastar los bienes de su señor y es despedido. Sabiendo que pronto perderá su posición, este hombre decide actuar rápido: llama a los deudores de su jefe y reduce sus deudas.
Esto nos puede parecer injusto: ¿con qué derecho perdona deudas que no le pertenecen? ¿Por qué el señor lo elogia?
Aquí está el punto central: Jesús no está alabando su deshonestidad, sino su capacidad de usar sabiamente lo que tenía a su disposición para asegurarse un futuro. Y más aún: está mostrando que incluso las riquezas injustas pueden volverse instrumentos del bien si se usan para ayudar a otros.
🙌 Jesús elogia la sabiduría que sirve al prójimo
Lo que sorprende aún más es que el administrador usa las riquezas que no le pertenecen para aliviar la carga de otros. Aunque lo hizo en parte para protegerse a sí mismo, al final favoreció a quienes debían.
Aquí hay un mensaje profundo:
🔸 Las riquezas de este mundo son pasajeras, pero su uso tiene valor eterno.
🔸 Ayudar al necesitado con lo que tenemos hoy es una forma de prepararnos para la eternidad.
Jesús nos exhorta:
“Ganaos amigos por medio de las riquezas mundanas, para que cuando éstas se acaben, haya quienes los reciban en las viviendas eternas.”
Es decir, no se trata sólo de manejar bien el dinero, sino de usar el dinero para crear lazos humanos, para extender compasión, para demostrar el corazón de Dios.
💡 Dios, no el dinero, es nuestro verdadero Señor
Jesús termina este pasaje con una advertencia poderosa:
“Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas.”
Esto nos lleva a reflexionar: ¿a quién estoy sirviendo con mi vida, con mis decisiones, con mis recursos?
📌 No somos dueños, sino administradores de lo que Dios nos ha dado.
📌 Las riquezas no son malas en sí mismas, pero pueden volverse un ídolo si no las usamos correctamente.
📌 Acumular por acumular endurece el corazón; compartir nos prepara para el Reino de Dios.
Ser fiel con lo poco, ser generoso con lo que se nos ha confiado, es parte del llamado que tenemos como discípulos de Jesús.
🙏 Oración
Señor, gracias por recordarme que nada me pertenece realmente, y que soy un administrador de tus dones.
Dame sabiduría para usar bien mis recursos, para bendecir a otros, y no para servir al dinero.
Que cada decisión financiera refleje mi fidelidad a Ti y mi amor al prójimo.
Enséñame a preparar mi corazón para el día en que estaré ante Ti, no con riquezas acumuladas, sino con una vida generosa y entregada.
En el nombre de Jesús, amén.
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📖 Puedes leer Lucas 16 completo (versión NVI) en el sitio oficial de la Biblia aquí:
👉 https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+16&version=NVI